La fortaleza de la mujer en Mongolia: un legado milenario de resiliencia y poder.

«Las mujeres mongolas, especialmente las pastoras, son muy fuertes y valientes. En la vida social, política y económica de Mongolia, casi el 70% del trabajo recae sobre los hombros de las mujeres» – Maamankhuu Sodnom, presidenta de la Asociación de Pastoras Nómadas de Mongolia Gobi.

La fortaleza de la mujer en Mongolia es un rasgo definitorio de su historia y sociedad, que hunde sus raíces en la época de los antiguos imperios nómadas y se manifiesta hoy en la resistencia de las pastoras frente a la industrialización moderna. Más que una simple característica, esta fuerza es el resultado de siglos de responsabilidades vitales en la economía nómada, roles de poder político y una lucha continua por el reconocimiento en un mundo en transformación.

El poder femenino en los imperios nómadas

La evidencia arqueológica y genética más reciente ha transformado nuestra comprensión del papel de la mujer en las primeras civilizaciones mongolas. Estudios publicados en 2023 sobre el imperio Xiongnu (siglo II a.C. – siglo I d.C.) revelan hallazgos sorprendentes:

  • Tumbas de élite para mujeres: En cementerios como Takhiltyn Khotgor y Shombuuzyn Belchir, las tumbas más monumentales y ricas pertenecían a mujeres. Estas mujeres estaban enterradas con símbolos del poder imperial (sol y luna), objetos de lujo (sedas chinas, cuentas egipcias, espejos romanos) y, en un caso, con un equipo completo de seis caballos y un carro.
  • Función política estratégica: Los análisis genéticos sugieren que las princesas de élite eran enviadas a regiones fronterizas para estrechar alianzas políticas mediante matrimonios y controlar redes comerciales de la Ruta de la Seda.
  • Roles diversos: Aunque no se puede afirmar con certeza que todas fueran guerreras, los ajuares funerarios que incluyen equipos ecuestres indican que las mujeres Xiongnu dominaban el arte de montar a caballo y disparar con arco, habilidades esenciales en la estepa.

Estas prácticas sentaron un precedente histórico que continuaría mil años después en el Imperio Mongol, donde mujeres como Sorghaghtani Beki (madre de Kublai Khan) y Chabi ejercieron influencias políticas determinantes.

La columna vertebral de la sociedad nómada

En la sociedad pastoril tradicional, la supervivencia dependía del trabajo indispensable de la mujer. En el contexto nómada, donde todos los miembros del hogar debían contribuir, las mujeres asumían una doble carga fundamental:

  • Responsabilidades domésticas y productivas: Además de criar a los hijos y gestionar el hogar en la ger (tienda tradicional), las mujeres eran responsables de tareas económicas esenciales como ordeñar ovejas y cabras, producir lácteos, esquilar lana, curtir pieles y, crucialmente, gestionar los rebaños cuando los hombres partían a la caza o a la guerra.
  • Conocimiento especializado: La preparación del té con leche y otras técnicas culinarias constituían campos de saber y poder femenino específicos.
  • Trasmisión cultural: Las mujeres eran depositarias de conocimientos tradicionales, desde la orientación en la estepa hasta las técnicas del cuerpo adaptadas a la vida nómada.

Esta centralidad económica, sin embargo, no se traducía automáticamente en igualdad social. La sociedad permanecía patriarcal, con esferas de actividad claramente delimitadas por género.

Transformaciones históricas y desafíos modernos

El siglo XX trajo cambios profundos que redefinieron, sin anular, la fortaleza femenina:

PeríodoAvances para las mujeresDesafíos y contradicciones
Mongolia Socialista (1921-1990)Educación universal, alta participación laboral (51% en 1985), sistema de salud que redujo mortalidad infantil, derechos políticos formales (voto desde 1924).«Techo de cristal» en puestos de liderazgo, políticas pronatalistas restrictivas, ideal de la «ama de casa» urbana.
Mongolia Post-Socialista (1990-presente)Libertades políticas, expansión educativa (hoy >70% de universitarias son mujeres), surgimiento de ONG y movimiento de pastoras.Brecha salarial (25% menos que hombres), desempleo femenino, recorte de red de seguridad social, violencia de género (1 de cada 5 mujeres sufre violencia antes de los 15 años).

La transición al mercado libre fue particularmente dura. El estado recortó subsidios al pastoreo, forzando a muchas familias a migrar a ciudades donde, a menudo, caen en la pobreza. A esto se suma la amenaza de la minería industrial, que acapara tierras de pastoreo y pone en riesgo el modo de vida tradicional.

La resistencia organizada: el movimiento de las pastoras

Frente a estos desafíos, la fortaleza histórica de la mujer mongola ha tomado forma de organización colectiva. Un ejemplo emblemático es la lucha de Maamankhuu Sodnom, pastora con más de 60 años de experiencia y fundadora de la Asociación de Pastoras Nómadas de Mongolia Gobi.

Sus logros ilustran esta resistencia moderna:

  • Reconocimiento profesional: Su asociación logró que el Ministerio de Agricultura reconociera oficialmente el pastoreo como una profesión cualificada, otorgando certificados a los pastores.
  • Defensa del conocimiento tradicional: Luchan por que los saberes de las pastoras mayores sean valorados y transmitidos a las nuevas generaciones.
  • Denuncia política: Exponen cómo los políticos las instrumentalizan durante las campañas electorales, para luego ignorar sus demandas en los espacios donde se toman las decisiones.

Como señala Sodnom, el desafío no es solo externo: «Hay unas ONG que también intentan influir en nuestro trabajo… a menudo utilizan nuestros conocimientos y nuestro sistema más en beneficio propio». Su lucha es, por tanto, por una representación auténtica y un empoderamiento real.

Un futuro entre tradición y modernidad

La fortaleza de la mujer mongola hoy se proyecta hacia el futuro en tensión creativa:

  • Educación y tecnología: Jóvenes como las hijas de Nomin, que en medio del desierto de Gobi sueñan con trabajar en nanotecnología, o como la traductora Gundegmaa, que promueve el activismo digital en zonas rurales.
  • Liderazgo incipiente: Aunque persiste una fuerte subrepresentación (solo el 15% de los altos directivos son mujeres), hay avances como la llegada de mujeres al cargo de Ministra de Asuntos Exteriores.
  • Reconocimiento internacional: Instituciones como el Banco Mundial destacan que la igualdad de género es fundamental para el desarrollo de Mongolia, señalando oportunidades en la transición verde y la mitigación del cambio climático.

La verdadera fortaleza de las mujeres de Mongolia reside en esta capacidad de síntesis: honrar la herencia de las princesas Xiongnu y las pastoras nómadas, mientras exigen su lugar en la mesa donde se decide el futuro del país. Como resume el curso académico más reciente sobre el tema, han pasado de ser «pastoras y chamanas» a «supervivientes y emprendedoras» en la Mongolia globalizada. Su historia no es de una fortaleza estática, sino de una resiliencia en evolución, tan vasta y poderosa como las estepas que habitan.

En resumen, la fortaleza (strength) de la mujer en Mongolia es un concepto multidimensional que abarca su poder político histórico, su indispensabilidad económica en la sociedad nómada, su resistencia organizada frente a las amenazas modernas y su capacidad de adaptación para forjar un futuro donde su voz y liderazgo sean plenamente reconocidos.